Taponamiento por cerumen
Taponamiento por cerumen
El canal auditivo externo posee un sistema de defensa natural que lo resguarda de agentes ambientales. Ese fluido viscoso para muchos desagradable que se produce en el interior del oído por acción de las glándulas sebáceas y ceruminosas, forma parte de un sistema de lubricación y autolimpieza del cuerpo; que junto al patrón de descamación direccional del conducto auditivo, protegen la delicada piel de esa zona ante daños causados por agentes externos (insectos, traumas, agua…) evitando irritaciones, posibles infecciones y alguna otra alteración.
Un problema que se presenta con cierta frecuencia en consulta de ORL tiene que ver con la formación de “tapones” de cerumen. Algunas personas son más propensas que otras a desarrollar esta condición cuyas causas son diversas; desde un canal anatómicamente estrecho, pasando por el uso de bastoncillos para realizar la limpieza, sequedad en la piel del conducto o una producción excesiva de cera.
En condiciones normales el exceso de cerumen es desplazado durante el lavado diario, conservándose únicamente esa delgada capa que cumple funciones precisas. Una vez presentado el problema de taponamiento, es frecuente que el paciente refiera algunos de los siguientes síntomas:
– Dolor de oído.
– Sensación de zumbido o ruido (Acúfenos o Tinnitus).
– Sensación de mareo.
– Comezón en el conducto auditivo.
– Posible presencia de otitis media.
La limpieza por taponamiento con cerumen es un procedimiento que si bien no resulta complejo, debe ser realizado cuidadosamente por un especialista o en su defecto siguiendo sus indicaciones; ya que implica retirar la cera (que puede estar endurecida) sin provocar daños en el conducto o el tímpano. Entre las alternativas que se pueden presentar para resolver este problema, se consideran:
– El proceso de descamación natural del conducto auditivo; que luego de un tiempo permitirá el desprendimiento espontáneo de la cera.
– Aplicación de gotas comerciales, glicerina u otro producto de base oleaginosa; que permite ablandar el tapón produciendo el posterior desprendimiento de forma natural o en casos más complejos, apoyándose con el especialista para retirar la obstrucción con el uso de instrumentos específicos.
– Método de irrigación. Luego de varios días de uso de gotas cuando ya es más manejable el tapón, puede insertarse una jeringa con agua tibia en el conducto para inyectar algo de presión; permitiendo con ello el desplazamiento de la masa que genera obstrucción. Sin embargo, esta técnica precisa manos expertas y destreza para no provocar daños.
– Observación microscópica. Es posible que tras visitar a su especialista, este considere realizar la limpieza con el apoyo de un microscopio y otros instrumentos profesionales. Es otra técnica que solo debe ser aplicada por un experto y requiere un gran nivel de precisión.
Es posible que su caso amerite la combinación de varias técnicas durante algunos días antes de obtener los resultados previstos. Las infecciones o irritación también pueden presentarse si no existe un manejo correcto de la situación; de allí la importancia del asesoramiento profesional. En pacientes con antecedentes de otitis, cirugías previas, ruptura de membrana timpánica u otras patologías del oído; se debe conversar esto con el especialista antes de realizar cualquier maniobra, ya que algunas de ellas pueden estar contraindicadas. Entre las recomendaciones adicionales para prevenir la acumulación de cerumen se encuentran:
– Evite el uso de bastoncillos o hisopos para realizar la limpieza de oídos. Esto puede producir acumulación de cerumen por desplazamiento hacia el fondo del canal auditivo y generar tapones.
– No se introduzca objetos punzantes o cuerpos extraños en el conducto auditivo. Puede llegar a causar perforaciones u otros daños y aun así no resolver el problema.
– Mantenga seco el oído luego del baño o al realizar cualquier tratamiento. Puede usarse una toalla, un pañuelo suave o papel higiénico.
– Consulte a su especialista si duda sobre las molestias que está presentando. Recuerde que pueden existir otras patologías que deben ser igualmente atendidas para preservar la buena salud de su oído.
¿Qué Problemas Atiende la Otorrinolaringología?
Amigdalitis
Los signos y síntomas comprenden poner aumento del volumen de las amígdalas, dolor de garganta, dificultad para tragar y sensibilidad de los ganglios linfáticos a los lados del cuello.
Faringitis
Dolor o irritación en la garganta que puede ocurrir o no al tragar. A menudo acompaña a las infecciones, como un resfriado o la gripe.
Hipoacusia
Puede ser ocasionada por un defecto congénito, lesiones, enfermedades, ciertos medicamentos, exposición a sonidos fuertes o el desgaste propio de la edad.
Infección del oído
La infección del oído puede comenzar poco después de de un baño en piscina o playa. La secreción súbita de un líquido amarillo o verde del oído puede significar que hay ruptura del tímpano.
Sinusitis
Puede ser ocasionada por un resfríado o alergias, y puede desaparecer sola. La sinusitis puede ser aguda o crónica. Debe ser tratada a tiempo para evitar las distintas complicaciones.
Adenoides
Los siguientes síntomas suelen asociarse a unas adenoides inflamadas: dificultad para respirar por la nariz. respirar por la boca. tener habla nasal, como si se tuviera la nariz tapada.
Desviación del tabique nasal
En muchos casos, es posible que no haya síntomas. Cuando aparecen incluyen congestión, hemorragia nasal y respiración ruidosa durante el sueño.
Congestión nasal
Rinorrea o congestión nasal en adultos. Una nariz congestionada o tapada se produce cuando los tejidos que la recubren se inflaman.
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Las condiciones más comunes de los pacientes que asisten al consultorio de la doctora Brenda:
Amigdalitis
Adenoides
Congestión nasal
Desviación del tabique nasal
Dificultad para respirar
Disfonía
Dolor al tragar
Dolor de garganta
Dolor de oídos
Faringitis
Faringolaringitis
Fractura nasal
Ganglio en cuello
Ganglios en cuello
Glositis
Hipoacusia
Infección del oído
Infección de garganta
Laringitis
Movimientos involuntarios en los ojos
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Otitis
Pérdida de audición
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Rinitis crónica
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Ronquidos
Sinusitis
Sordera
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