Lavados nasales
Los lavados nasales ayudan a limpiar cualquier residuo o secreción que se encuentre adherido a la mucosa que reviste los conductos nasales; ayudando a aliviar los síntomas de las alergias y prevenir infecciones.
¿Por qué recurrir a los lavados nasales?
Sin duda, los lavados nasales son una técnica eficaz para limpiar las fosas nasales de secreciones (exceso de moco, goteo nasal…), congestión, residuos de polen, polvo u otros agentes que pueden provocar reacciones alérgicas.
De hecho, si hablamos de niños pequeños; gracias a los lavados nasales no solo es posible lograr una mejor respiración y descanso, sino que además controla el vómito cuando éste es provocado por una excesiva congestión y facilita otras funciones básicas como la alimentación.
En particular, son muchas las ventajas que esta técnica proporciona cuando el niño aún no sabe sonarse la nariz; sin embargo, este tipo de limpieza nasal es una herramienta que puede emplearse de igual forma en niños mayores y personas adultas.
Por esta razón, es importante conocer la manera correcta de aplicarla y seguir siempre las recomendaciones de un especialista; teniendo en cuenta que se trata de la persona indicada para señalar el momento preciso y las recomendaciones para efectuarlos.
¿Cuándo puede considerarse la aplicación de lavados nasales?
Básicamente, los pacientes que pueden considerar la aplicación de lavados nasales como parte de su tratamiento, son aquellos que sufren alguna de las siguientes patologías:
Alergias.
Resfriados.
Sinusitis.
Rinitis.
Nariz tapada.
Nariz seca.
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¿Cómo deben hacerse los lavados nasales?
Asegúrate de contar con un dispositivo estéril (perilla, jeringa, botella comprimible) el cual será llenado a la mitad con solución salina o suero fisiológico. Por supuesto, el equipamiento y las cantidades varían según la edad del paciente (un detalle que ha de ser indicado con mayor precisión por tu otorrinolaringólogo).
Coloca la cabeza del paciente inclinada sobre un lavabo o bañera y vierte la solución a través de la fosa nasal que ha quedado hacia arriba (es decir; si se inclina hacia la derecha, la solución será vaciada a través de la fosa nasal izquierda o viceversa).
Luego de verter la solución o suero fisiológico; el agua y la secreción deben comenzar a fluir por la fosa nasal opuesta. En este punto, es muy importante asegurar la posición de la cabeza para evitar que los fluidos pasen a los oídos o garganta del paciente.
Una vez completada la limpieza nasal de un lado, debe repetirse del otro. Es probable que sienta alguna molestia o ardor durante los primeros lavados, pero se trata de algo temporal.
Por último, retira con cuidado el exceso de suero salino y/o cualquier otro residuo y seca muy bien (En el caso de los bebés, puede ser útil la ayuda de aspiradores nasales).
Observaciones y recomendaciones
Es importante tener en cuenta que no deben hacerse lavados nasales si las fosas se encuentran completamente obstruidas, existe sangrado, dolor de cabeza o fiebre.
Es probable que la técnica no salga muy bien en el primer intento; por lo que quizá sea recomendable que en principio lo realice un experto mientras observas la manera correcta de hacerlo.
Recuerda que la cavidad nasal es un área especialmente sensible y propensa a infecciones; por lo que debes asegurar el uso de agua destilada, así como el aseo y completa esterilización de la perilla después de cada lavado.
Aunque la solución puede hacerse en casa, no debes prepararla con agua corriente. Existe un alto riesgo de contraer infecciones si usas agua que contiene bacterias o microorganismos; un problema que debes evitar a toda costa.
Como resultado de la aplicación de lavados nasales 2 veces al día, es posible comenzar a evidenciar cambios positivos en el corto plazo; sobre todo si nos enfocamos en despejar la nariz del bebé, niño o adulto para conseguir un buen descanso.
Sin embargo, manteniendo la observación cercana y cualquier posible variación en el comportamiento del paciente, será posible lograr una mejor evolución del caso.
Finalmente, a pesar de tratarse de una técnica que puedes aplicar en casa, tu médico tiene la última palabra en relación a cómo, cuándo y de qué manera llevar a cabo la limpieza nasal. Asimismo, si los síntomas persisten o empeoran, solicita de inmediato una cita con el especialista.
Beneficios del lavado nasal en lactantes
El lavado nasal en lactantes puede ser muy beneficioso, especialmente cuando los bebés tienen congestión nasal. Este procedimiento ayuda a limpiar las fosas nasales del bebé, eliminando el exceso de moco y facilitando la respiración. Al mejorar la respiración, el bebé puede alimentarse y dormir mejor, lo que es esencial para su crecimiento y desarrollo.
Lavado nasal en bebés
El lavado nasal en bebés se realiza generalmente con suero fisiológico, por lo que se puede realizar en casa con la ayuda de un gotero. Es importante recordar que este procedimiento debe ejecutarse con cuidado para evitar cualquier molestia al bebé. El lavado nasal es especialmente útil durante la temporada de resfriados y gripe, cuando los bebés son más propensos a sufrir de nariz tapada.
Tipos de soluciones salinas para el lavado nasal
Existen diferentes tipos de soluciones salinas que se pueden utilizar para el lavado nasal. Algunas opciones incluyen:
Solución salina isotónica: Esta solución contiene una concentración de sal similar a la de nuestro cuerpo. Es suave y segura para el lavado nasal en bebés.
Solución salina hipertónica: Esta solución tiene una concentración de sal más alta que la del cuerpo. Puede ser útil para descongestionar las fosas nasales y eliminar el exceso de moco.
Solución salina con aditivos: Algunas soluciones salinas pueden contener aditivos como aloe vera, manzanilla o extracto de eucalipto. Estos aditivos pueden proporcionar un alivio adicional y ayudar a calmar la irritación nasal.
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