Implante coclear
¿Qué es un Implante coclear?
La audición en una persona sana puede explicarse secuencialmente como la recepción de ondas sonoras provenientes del exterior a través del canal auditivo, las cuales “chocan” contra la membrana timpánica produciendo vibraciones que activan los huesecillos del oído medio (martillo, yunque y estribo). Este “mensaje” pasa al oído interno, en donde la cóclea o caracol lo transforma y transmite al cerebro en forma de impulsos eléctricos gracias a la acción de sus células ciliadas. Cuando estas células son afectadas y destruidas por alguna condición en el individuo, esta función no se realiza; sobreviniendo un tipo de pérdida auditiva severa.
Estos son los casos en los que interviene el implante coclear; un dispositivo electrónico que estimula directamente el nervio auditivo a través de señales eléctricas, sustituyendo la función de las células ciliadas que se encuentran dañadas.
Los implantes poseen la siguiente estructura:
- Dispositivo interno. Posee un receptor – estimulador que es ubicado a través de una perforación en el hueso mastoides. Se comunica con unos electrodos que son introducidos en la cóclea para producir el estímulo eléctrico al nervio auditivo.
- Dispositivo externo. Consta de una parte que integra un micrófono que capta los sonidos con un procesador que analiza / selecciona aquellos que resultan claramente identificables; y otra que posee un transmisor que envía el mensaje resultante al receptor (ubicado en el dispositivo interno).
Si bien es cierto que resulta fascinante la existencia de un equipo tecnológico que restaure la audición en personas con sordera total o casi absoluta, la elegibilidad del paciente es un asunto complejo que implica una evaluación exhaustiva por parte del especialista en otorrinolaringología. En este proceso se evalúan tanto niños como adultos, considerándose mucho más efectivo el implante en los más pequeños cuando se lleva a cabo antes de los 3 años de edad.
Además de ser una selección asociada a las condiciones generales de salud del paciente y el tipo de daño que éste presente; también cabe considerar que son dispositivos de alto costo, lo cual representa un factor limitante en muchas casos. Entre los principales aspectos a considerar se encuentran:
- Sordera bilateral profunda o total, en cuyo caso el uso de audífonos no produce resultados favorables.
- Motivación del paciente. Este es un aspecto fundamental y que puede resultar obvio si se piensa en la solución que se ofrece a una persona que no puede oír; sin embargo existen casos en los cuales el grado de afectación psicológica u otras limitaciones propias del individuo no le permitirán avanzar favorablemente en el aprendizaje y rehabilitación postoperatorios.
- El paciente debe ser consciente de las limitaciones del implante y manejar expectativas realistas.
La cirugía que se practica para colocar un implante coclear supone muy pocos riesgos para el paciente; sin embargo es posible que manifieste inflamación de las meninges (meningitis), problemas de cicatrización o que el dispositivo implantado presente un desperfecto que amerite reemplazo con una nueva cirugía. Algunas complicaciones adicionales que pueden llegar a aparecer (aunque su frecuencia sea realmente baja) son:
- Derrame de líquido cefalorraquídeo.
- Problemas de equilibrio y vértigo.
- Algún tipo de parálisis facial por daño en los nervios del rostro.
- Aparición de zumbido o ruidos (Tinnitus).
- Alteraciones en el gusto.
- Hemorragias.
Posibles Efectos Secundarios (Baja Probabilidad)
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Luego de la cirugía inicia una etapa crucial con el proceso de rehabilitación que reúne además del otorrino a otros especialistas de áreas relacionadas. En niños que recibieron su implante oportunamente, la capacidad auditiva y las habilidades comunicativas adquiridas pueden llegar a ser comparables con una persona sana; en adultos que ya han escuchado en el pasado y cuyo tiempo de pérdida auditiva sea menor, también existe muy buen pronóstico.
El proceso de entrenamiento puede llevar años para alcanzar su máximo rendimiento, pasando de sonidos musicales y ambientales a la vocalización de letras o sílabas; lo importante es que el paciente mantenga la motivación y pueda aprovechar al máximo los beneficios de su dispositivo.
¿Qué Problemas Atiende la Otorrinolaringología?
Amigdalitis
Los signos y síntomas comprenden poner aumento del volumen de las amígdalas, dolor de garganta, dificultad para tragar y sensibilidad de los ganglios linfáticos a los lados del cuello.
Faringitis
Dolor o irritación en la garganta que puede ocurrir o no al tragar. A menudo acompaña a las infecciones, como un resfriado o la gripe.
Hipoacusia
Puede ser ocasionada por un defecto congénito, lesiones, enfermedades, ciertos medicamentos, exposición a sonidos fuertes o el desgaste propio de la edad.
Infección del oído
La infección del oído puede comenzar poco después de de un baño en piscina o playa. La secreción súbita de un líquido amarillo o verde del oído puede significar que hay ruptura del tímpano.
Sinusitis
Puede ser ocasionada por un resfríado o alergias, y puede desaparecer sola. La sinusitis puede ser aguda o crónica. Debe ser tratada a tiempo para evitar las distintas complicaciones.
Adenoides
Los siguientes síntomas suelen asociarse a unas adenoides inflamadas: dificultad para respirar por la nariz. respirar por la boca. tener habla nasal, como si se tuviera la nariz tapada.
Desviación del tabique nasal
En muchos casos, es posible que no haya síntomas. Cuando aparecen incluyen congestión, hemorragia nasal y respiración ruidosa durante el sueño.
Congestión nasal
Rinorrea o congestión nasal en adultos. Una nariz congestionada o tapada se produce cuando los tejidos que la recubren se inflaman.
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Las condiciones más comunes de los pacientes que asisten al consultorio de la doctora Brenda:
Amigdalitis
Adenoides
Congestión nasal
Desviación del tabique nasal
Dificultad para respirar
Disfonía
Dolor al tragar
Dolor de garganta
Dolor de oídos
Faringitis
Faringolaringitis
Fractura nasal
Ganglio en cuello
Ganglios en cuello
Glositis
Hipoacusia
Infección del oído
Infección de garganta
Laringitis
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Pérdida de audición
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Ronquidos
Sinusitis
Sordera
Vértigo