Alteraciones del olfato y gusto
Alteraciones del olfato y gusto
Seguramente habrá escuchado en más de una oportunidad aquella frase que cita “el cuerpo humano es una máquina perfecta” y nada más cercano a esto que analizar el mecanismo fisiológico que nos otorga la facultad de percibir el entorno de una forma maravillosa.
A través de nuestros sentidos somos capaces de recibir información y reaccionar a estímulos que se nos presentan, haciendo parte de nuestra vida desde el momento mismo en que respiramos por primera vez. Sin embargo, cuando alguno de ellos se altera genera tal incomodidad que puede resultar insoportable para quien lo padece, e incluso puede ser indicativo de otras afecciones importantes; razones más que suficientes para prestar atención y revisar las causas tan pronto como sea posible.
En otorrinolaringología se estudian las estructuras que intervienen en 3 de ellos: garganta (gusto), nariz (olfato) y oído (audición).
El estrecho vínculo que existe entre estos sistemas es la razón por la cual se reúnen en una sola especialidad; sin embargo, el gusto y el olfato comparten una relación de interdependencia que finalmente nos lleva a agruparlos para su análisis en búsqueda de respuestas.
El gusto posee un conjunto de quimiorreceptores ubicados en la lengua; terminaciones nerviosas que captan cualquier sustancia química con la cual interactúen, generando una reacción. Cuando nos disponemos a comer, el olor de los alimentos ingresa por vía nasal y retronasal (boca / nasofaringe) permitiéndonos identificar sabores incluso antes del contacto directo con las papilas gustativas. Es así como el olfato nos “advierte” lo que vamos a probar y sirve como mecanismo de defensa para evitar la ingesta de cualquier alimento o producto que resulte indeseable o produzca repulsión.
Entre las causas más frecuentes que producen cambios en el gusto y el olfato, se encuentran:
- Lesiones neurológicas.
- Trastornos hormonales.
- Exposición a radioterapia por cáncer en cabeza o cuello.
- Problemas odontológicos.
- Presencia de pólipos nasales o ciertas enfermedades en senos paranasales y fosas (rinosinusitis, rinitis alérgica); así como también enfermedades infecciosas virales o bacterianas que afecten las vías aéreas superiores (resfriado común, COVID-19).
- Enfermedades degenerativas del sistema nervioso.
- Exposición a químicos, contaminación del aire, medicamentos y drogas de aspiración nasal.
- Tabaquismo.
- Edad avanzada.
Los cambios que se presentan pueden ser múltiples y variables, de allí que se establezcan términos específicos para identificar cada caso; permitiendo tanto al paciente como al especialista precisar con exactitud cuál es la alteración que se manifiesta. Entre éstos se reconocen:
- Gusto
- Disgeusia. Cambio que produce distorsión en la percepción de los sabores.
- Hipogeusia. Pérdida de sensibilidad para diferenciar los sabores.
- Hipergeusia. Sensibilidad aumentada ante la percepción de los sabores.
- Ageusia. Incapacidad para percibir y diferenciar los sabores.
- Olfato
- Parosmia. Distorsión en la percepción de los olores.
- Hiposmia. Pérdida de sensibilidad para detectar los olores.
- Hiperosmia. Aumento en la capacidad sensitiva para detectar los olores.
- Anosmia. Pérdida de la capacidad para detectar olores.
Cuando se presentan estas alteraciones, el especialista normalmente realiza el levantamiento de la historia clínica del paciente y un primer examen físico exploratorio que puede requerir la aplicación de estudios específicos como la fibroscopia, test de identificación de olores y/o test de olfato; pruebas de imágenes, como la radiografía, tomografía o resonancia magnética; y tal vez otras exploraciones neurológicas.
Según la edad, condiciones generales y enfermedades de base, se aplicará el tratamiento que mejor se adapte al caso: Medicamentos regulares para el tratamiento de ciertas enfermedades (aunque algunas como el resfriado común puedan solo requerir la regeneración progresiva y espontánea de las neuronas olfatorias); suspensión o sustitución de fármacos que puedan estar ocasionando el problema; cirugías en caso de cualquier obstrucción; suspender el consumo de cigarrillo o aplicar terapias de entrenamiento por estimulación.
En tanto sea posible, es importante tratar este tipo de alteraciones ya que sus consecuencias pueden ser determinantes para la vida del individuo afectado. Cuando no es posible percibir sabores, es común que se incremente la ingesta de sal o azúcar en búsqueda de ese punto que no se logra alcanzar, ocasionando otro tipo de enfermedades metabólicas. De igual forma, la incapacidad de captar olores puede generar situaciones de riesgo ante incendios, contaminación por toxicidad en el aire e incluso llegar a consumir alimentos en mal estado.
Existen también situaciones que pueden generar alteraciones en el gusto y olfato, pero la causa determinada es difícil de corregir. Los pacientes que reciben tratamiento para el cáncer por ejemplo, suelen quejarse de cambios en la percepción de los sabores que pueden ocasionar problemas nutricionales si no reciben el asesoramiento correcto. Cepillarse los dientes antes de comer, consumir alimentos fríos o marinarlos antes de su preparación, pueden ser algunas medidas aplicables para mejorar su calidad de vida; sin embargo, éstas deben ser orientadas por un especialista en nutrición para ayudarle a cumplir su tratamiento, minimizando el impacto de los efectos adversos.
Si tiene dudas o siente que ha cambiado su manera de percibir sabores y olores en los últimos tiempos, visite a su especialista. Concrete su cita y comience a analizar su caso en búsqueda de respuestas.
¿Qué Problemas Atiende la Otorrinolaringología?
Amigdalitis
Los signos y síntomas comprenden poner aumento del volumen de las amígdalas, dolor de garganta, dificultad para tragar y sensibilidad de los ganglios linfáticos a los lados del cuello.
Faringitis
Dolor o irritación en la garganta que puede ocurrir o no al tragar. A menudo acompaña a las infecciones, como un resfriado o la gripe.
Hipoacusia
Puede ser ocasionada por un defecto congénito, lesiones, enfermedades, ciertos medicamentos, exposición a sonidos fuertes o el desgaste propio de la edad.
Infección del oído
La infección del oído puede comenzar poco después de de un baño en piscina o playa. La secreción súbita de un líquido amarillo o verde del oído puede significar que hay ruptura del tímpano.
Sinusitis
Puede ser ocasionada por un resfríado o alergias, y puede desaparecer sola. La sinusitis puede ser aguda o crónica. Debe ser tratada a tiempo para evitar las distintas complicaciones.
Adenoides
Los siguientes síntomas suelen asociarse a unas adenoides inflamadas: dificultad para respirar por la nariz. respirar por la boca. tener habla nasal, como si se tuviera la nariz tapada.
Desviación del tabique nasal
En muchos casos, es posible que no haya síntomas. Cuando aparecen incluyen congestión, hemorragia nasal y respiración ruidosa durante el sueño.
Congestión nasal
Rinorrea o congestión nasal en adultos. Una nariz congestionada o tapada se produce cuando los tejidos que la recubren se inflaman.
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Las condiciones más comunes de los pacientes que asisten al consultorio de la doctora Brenda:
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