Antes de conocer por qué se produce la ronquera, debemos saber a qué nos referimos al emplear este término. En particular, llamamos ronquera a la dificultad que en ocasiones se nos presenta para hablar y emitir sonidos; producto de alteraciones que ocurren en nuestras cuerdas vocales.
Aun cuando pueden existir otras causas que provoquen sensación de ronquera; cuando las cuerdas vocales se infectan o irritan, sufren una inflamación que genera cambios en el tono o calidad de nuestra voz. Es por ello que es importante reconocer cuáles son las causas más comunes de estos cambios y que podemos hacer para controlar o prevenir este tipo de afecciones en nuestra laringe.
¿Cuáles son las causas de la ronquera?
En primer lugar, se identifican dos tipos de ronquera:
- La ronquera aguda; causada por algún tipo de infección que afecta la garganta e inflama las cuerdas vocales.
- La ronquera crónica; que obedece a otras enfermedades que se desarrollan a nivel de la laringe y producen cambios en ella.
A partir de estas referencias cabe mencionar que en el primer caso, la ronquera no trasciende más allá de un par de semanas mientras la infección evoluciona y finalmente cede al tratamiento.
Por otra parte, en el caso de la ronquera crónica difícilmente el problema pueda resolverse tan fácilmente; ya que se trata de afectaciones más severas que incluyen patologías como el cáncer de laringe.
De tal manera que, entre las causas más comunes de este problema, se pueden citar las siguientes:
- Resfriados e infecciones respiratorias.
- Excesos o abusos de la voz (gritar).
- Irritación por uso excesivo de la voz; caso común en cierto grupo de profesiones como los del área docente, conferencistas o cantantes.
- Alergias.
- Ingerir bebidas alcohólicas.
- Sustancias irritantes; entre ellas el humo del cigarrillo.
- Reflujo gastroesofágico
- Presencia de cuerpo extraño.
- Hipotiroidismo.
- Cáncer de garganta, laringe o tiroides.
- Daños en los nervios a causa de alguna intervención quirúrgica previa.
- Parálisis de cuerdas vocales.
Diagnóstico y tratamiento
Primero que nada, el paciente deberá acudir a consulta si siente dificultad para respirar o una ronquera que va más allá de un par de semanas. De la misma manera, en el caso de niños pequeños, el babeo constante y el llanto deben ser indicativos suficientes para que los padres acudan al médico tan pronto como les sea posible.
En particular, para hacer el diagnóstico el especialista suele realizar una revisión física del paciente luego de hacer ciertas preguntas que le permitan complementar su historial clínico y establecer por qué se produce la ronquera. Luego de esto y según los hallazgos, el tratamiento será variable ya que éste se encuentra sujeto a las causas; sin embargo, existen recomendaciones generales que el paciente puede seguir para mejorar su condición.
¿Cuáles son los cuidados y recomendaciones para evitar o mejorar este problema?
- Cumple con el tratamiento que indique el especialista de acuerdo a las causas que hayan sido previamente establecidas (puede ser antialérgicos, antiácidos u otros).
- Consume abundantes líquidos. Mantener la humedad en las vías respiratorias ayuda a mejorar la inflamación o cualquier irritación en esta zona.
- Evita hablar en exceso y menos aún forzar las cuerdas vocales gritando, cantando o llorando; esto solo provocará que la situación se agrave (es recomendable mantener vigilancia en caso de niños pequeños).
- Evita el consumo de bebidas alcohólicas y si eres fumador, suspende el cigarrillo hasta tanto las condiciones mejoren (idealmente, debes dejar de fumar).
- El uso del vaporizador favorece la humedad del aire que respira el paciente y beneficia la garganta.
- Los tratamientos por inhalación o para otras afecciones (entre ellos los descongestionantes nasales) solo deben ser administrados si están autorizados por un especialista, ya que también pueden resecar tus cuerdas vocales y retrasar una evolución favorable.
Por último, recuerda que el mejor tratamiento inicia con la prevención; y en este sentido es recomendable estar atentos a cualquier hábito que pueda estar provocando episodios repetitivos de ronquera, de manera que podamos aplicar las acciones correctivas para controlar su ocurrencia en el futuro.