Epistaxis
El término epistaxis se refiere a una hemorragia de origen nasal
La epistaxis es una condición bastante común entre la población en general, y aún cuando es motivo frecuente de consulta, solo un 6% de los casos amerita tratamiento. A lo largo de su vida, se estima que cerca del 60% de las personas presenta algún episodio que puede ocurrir de manera espontánea o como consecuencia de algún traumatismo. Dentro de este porcentaje, es mayor la ocurrencia en niños menores de 10 años y adultos mayores de 40.
Causas de la Epistaxis
La gravedad del sangrado se determina en función de su origen y la causa que lo produce; por tal motivo, es especialmente relevante conocer la clasificación de las diferentes causas que pueden originar la epistaxis, entre ellas podemos mencionar:
Causas locales
- Traumatismos (lesiones, contusiones, fracturas, cirugías faciales o incluso alguna manipulación violenta que se realice en la zona de la nariz).
- Presencia de cuerpos extraños (ocurre con cierta frecuencia en niños pequeños).
- Procesos inflamatorios e infecciosos (rinitis, sinusitis, pólipos nasales, entre otros).
- Desviación o perforación del tabique nasal.
- Irritación de la mucosa con productos químicos.
- Cambios de altitud en forma súbita.
- Tumoraciones en la región nasal.
Causas sistémicas
- Medicamentos anticoagulantes, aspirina y antiinflamatorios.
- Vasodilatación por intoxicación alcohólica.
- Discrasias sanguíneas (trombocitopenia, anemia aplásica…).
- Enfermedades vasculares e hipertensión.
- Enfermedades neoplásicas hematológicas.
- Insuficiencia hepática.
Tipos de Epistaxis
El acondicionamiento del aire que ingresa a través de las fosas nasales es una de las funciones principales de la nariz. Para llevarla a cabo, se requiere una buena irrigación de la mucosa nasal, la cual se produce mediante el sistema carotídeo interno (compuesto por arterias etmoidales anterior y posterior) y el sistema carotídeo externo (conformado por la arteria labial superior, arteria palatina mayor y arteria esfenopalatina).
Siendo éste un sistema tan complejo y vascularizado, al momento de existir algún factor predisponente, se favorece el sangrado. Tomando como referencia este sistema de irrigación, se puede clasificar la epistaxis de la siguiente manera:
Epistaxis anterior
Ocupa cerca del 90% de los casos (mayormente en niños) y suele presentar hemorragia leve a moderada. Se produce generalmente en el área del “plexo de Kiesselbach” en donde convergen las arterias antes mencionadas; aunque también se incluyen en esta clasificación aquellas epistaxis que se originan en otras áreas de la región anterior de la nariz, por ejemplo: los cornetes inferiores.
Epistaxis posterior
Proviene del área posterior de las fosas nasales y produce el 10% restante de las epistaxis. Son hemorragias de mayor cuantía que pueden afectar el estado hemodinámico; su tratamiento es un poco más complejo y sus manifestaciones más prolongadas.
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¿Qué hacer frente a la epistaxis?
Este tipo de sangrado generalmente es controlado luego de 15 – 20 minutos sin requerir para ello asistencia médica. Si esto no sucede, debe consultarse a un especialista y de ninguna manera considerar la automedicación; prestando especial atención a pacientes de edad avanzada o que presenten síntomas de taquicardia, mareos o hipotensión.
Algunas de las indicaciones que debe seguir ante un episodio de hemorragia nasal son:
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- Se debe sentar a la persona y hacer que incline la cabeza hacia adelante para facilitar que la sangre fluya hacia el exterior de su nariz y evitar la aspiración. Si por el contrario, la cabeza se lleva hacia atrás, es probable que se produzcan mareos, náuseas y vómitos por ingerir la sangre.
- Generar una suave presión en las narinas durante al menos 5 minutos. Si el sangrado persiste, debe intentarlo durante 5 minutos más. También debe presionar firmemente el hueso junto al área blanda de la nariz (área de Kiesselbach) para promover la coagulación.
- Si finalmente la hemorragia persiste; se debe realizar un sutil taponamiento mientras traslada al paciente, ya que es preciso contar con intervención médica.
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Tratamientos para la epistaxis
Tras el episodio de hemorragia nasal, el especialista intentará aplicar las mismas maniobras antes descritas mientras realiza un examen físico. Puede que solicite algunos análisis adicionales e indagará sobre ciertas condiciones y antecedentes familiares para determinar las posibles causas de la hemorragia. Luego de esto, le indicará la técnica que se debe aplicar según el caso:
Cauterización química, eléctrica o endoscópica
En estos procedimientos se procede a aplicar anestesia local y se “quema” el vaso que ha sido identificado como causante de la hemorragia.
Taponamiento nasal anterior
También con anestesia local, durante este procedimiento se introducen en la nariz gasas o “tapones” elaborados con distintos materiales y un diseño específico, a través del equipo instrumental especializado. Estos deben mantenerse entre 5 y 7 días antes de ser retirados.
Taponamiento nasal posterior
El taponamiento nasal posterior amerita hospitalización y el uso de una sonda de Foley; siendo preciso un mínimo de 7 días antes de considerar el retiro del mismo.
Tratamiento quirúrgico
La electrocoagulación, la fotocoagulación láser y la ligadura arterial son los 3 métodos aplicables que existen actualmente para controlar el sangrado quirúrgicamente. Todos se realizan en quirófano, bajo anestesia general y empleando un endoscopio para su ejecución.
Riesgos de la epistaxis
potenciales. A continuación mencionamos algunos de ellos:
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- Pérdida excesiva de sangre: Si la hemorragia nasal no se detiene, existe el riesgo de perder una cantidad significativa de sangre, lo que puede llevar a anemia o incluso causar un shock hemorrágico en casos graves.
- Infección: Cuando la sangre se acumula en las fosas nasales debido a una hemorragia nasal prolongada, puede aumentar el riesgo de infección. Las bacterias pueden multiplicarse en la sangre coagulada y causar una infección localizada.
- Dificultad para respirar: Si la hemorragia nasal obstruye las vías respiratorias, puede resultar difícil respirar correctamente. Esto puede generar sensación de asfixia o dificultad para obtener suficiente oxígeno.
- Complicaciones médicas subyacentes: En algunos casos, la epistaxis puede ser un síntoma de una afección médica subyacente más grave, tales como: trastornos de la coagulación o enfermedades vasculares. Si no se trata la causa subyacente, pueden surgir complicaciones adicionales.
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¿Qué Problemas Atiende la Otorrinolaringología?
Servicios y Especialidades
Amigdalitis
Los signos y síntomas comprenden poner aumento del volumen de las amígdalas, dolor de garganta, dificultad para tragar y sensibilidad de los ganglios linfáticos a los lados del cuello.
Faringitis
Dolor o irritación en la garganta que puede ocurrir o no al tragar. A menudo acompaña a las infecciones, como un resfriado o la gripe.
Hipoacusia
Puede ser ocasionada por un defecto congénito, lesiones, enfermedades, ciertos medicamentos, exposición a sonidos fuertes o el desgaste propio de la edad.
Infección del oído
La infección del oído puede comenzar poco después de de un baño en piscina o playa. La secreción súbita de un líquido amarillo o verde del oído puede significar que hay ruptura del tímpano.
Sinusitis
Puede ser ocasionada por un resfríado o alergias, y puede desaparecer sola. La sinusitis puede ser aguda o crónica. Debe ser tratada a tiempo para evitar las distintas complicaciones.
Adenoides
Los siguientes síntomas suelen asociarse a unas adenoides inflamadas: dificultad para respirar por la nariz. respirar por la boca. tener habla nasal, como si se tuviera la nariz tapada.
Desviación del tabique nasal
En muchos casos, es posible que no haya síntomas. Cuando aparecen incluyen congestión, hemorragia nasal y respiración ruidosa durante el sueño.
Congestión nasal
Rinorrea o congestión nasal en adultos. Una nariz congestionada o tapada se produce cuando los tejidos que la recubren se inflaman.
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Las condiciones más comunes de los pacientes que asisten al consultorio de la doctora Brenda:
Amigdalitis
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Congestión nasal
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