El uso de los “palitos de algodón”, “conos” o “bastoncillos” para eliminar el cerumen de los oídos es una práctica que existe desde hace décadas y se mantiene aún en contra de las indicaciones de los médicos otorrinolaringólogos ¿Conoces a alguien que actualmente limpie sus oídos de esta manera? Comparte con tus amigos y familiares este artículo para que se enteren del daño que pueden provocar en sus aparatos auditivos si continúan con esos hábitos erróneos de limpieza.
Incluso, en el recipiente contenedor de muchas marcas de bastoncillos se encuentran indicaciones explícitas que prohíben el uso de los mismos dentro de las vías auditivas, aún así, las instrucciones son ignoradas por muchas personas y por motivos culturales o de costumbre. Es nuestra misión dejar claro las 3 razones principales por las que NO se pueden limpiar los oídos con bastoncillo.
1. No eliminan el cerumen:
El orificio del oído conduce a un conducto profundo en el que se produce la cera, de hecho, no es posible alcanzar todo el conducto con el cono sin sentir dolor o causar un trauma en el órgano. Cuando introducimos objetos en el oído con el fin de limpiarlos, realmente, lo único que logramos es empujar hacia adentro todo el cerumen que hay dentro ocasionando un taponamiento gradual, que va creciendo conforme pasa el tiempo y se mantiene la práctica, en casi todos los casos llega un punto en el que el paciente debe asistir a un consultorio para que le practiquen un lavado de oídos gracias a ese taponamiento que le ocasionó la pérdida de la audición.
2. Podemos cortarnos o dañar la estructura ósea de los canales:
Hay personas que utilizan cualquier cosa que esté al alcance de sus manos, como lapiceros, las llaves de casa o, palillos de limpiarse los dientes. Es sumamente peligroso ya que la persona puede ocasionar pequeños o grandes cortes en los conductos, causando daños graves como perforación del tímpano y dislocación de los huesos auditivos. También ocurre con los palillos de algodón, aunque el material sea suave, no es indicado para la introducirse en el oído y puede ocasionar la pérdida de la audición.
3. El oído interno se limpia solo:
Sí, naturalmente el oído tiene una manera de limpiarse por sí solo. Esto es posible gracias a los movimientos que realizamos cotidianamente como comer y hablar. Al masticar los alimentos o mover la mandíbula para hablar, el cerumen almacenado dentro del canal logra moverse hacia afuera, es decir, queda en la parte de la oreja en la que algunas personas introducen los conos de algodón, cuando en la realidad, la cera es eliminada de esa zona durante el baño. Otro punto importante a considerar, es, que la producción de esa sustancia ayuda a mantener los oídos protegidos del polvo, la suciedad, los virus y cualquier partícula que no pertenezca al oído. Es por ello que no debemos interrumpir el proceso natural de nuestro cuerpo, intentando una limpieza que no es natural y que, además nos pone en un alto riesgo de sufrir lesiones graves.
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